Observo a la gente de mi alrededor.
Del lado izquierdo un chico juega con un cubo de rugby,
del lado derecho madre e hija platican intensamente.
Al fondo del vagón un señor escribe,
atrás una mujer tiene cara de angustia y llora.
A mi lado alguien duerme,
a tu lado otro chico lee.
Frente a ti dos chicas se besan,
frente a mí, mi amigo escucha música y rockea.
Y tú me miras fijamente,
recorres con la mirada las facciones de mi cara,
te detienes en el va y ven de mis ojos observando a la gente,
y tú me observas.
Observas mis anchos brazos,
te detienes nuevamente en mis pechos, los deseas,
Observo a la gente de mi alrededor.
Por fin te observo a ti,
tus labios, tus ojos, tu cabello.
No te veo morbosamente,
sólo te observo.
Tú optas por voltear la cara,
pero no aguantas y regresas la mirada.
-¿Vas a seguir así?-
-¿Cómo qué así? ¿Qué quieres? Yo sólo observo sombras.
Observas a la gente de nuestro alrededor,
me observas a mi porque no puedes hacer otra cosa.
La linea entre observar y poseer ahora está muy lejos de tu alcance,
por eso no puedes dejar de observar.
Me olvido, tu no me olvidas.
Lástima, ¿sabes observar?
Observa la puerta, ahora está cerrada.