domingo, 10 de febrero de 2013

Carta a un chico especial que viste de blanco

"Ni una inteligencia sublime, ni una gran imaginación, ni las dos cosas juntas forman el genio; 
amor, eso es el alma del genio." 
Wolfgang Amadeus Mozart

Hoy no me importa si tus ojos, tu boca y tus manos no son míos. Esta vez haré una enorme excepción: Me conformaré.
Sí, así es. Me conformaré con tus ojos fugazmente en los míos, con tu boca rosando mi mejilla y tus manos deslizándose por las mías antes de decirnos adiós.
Porque la vida es así. Si no eres para mi entenderé, aprenderé y seguiré. Siempre pensando en que el camino es largo, y en el transcurso de este pueden suceder muchas cosas. Habrá nuevas experiencias todo el tiempo, y no será la primera ni la última vez que la vida me niegue algo, así que no pasa nada. Así aprendo a valorar lo que tengo y lo que no tengo. Distingo lo que soy de lo que no soy.
Tenía que conocerte para entender muchas cosas. Ahora sé que no estoy sola en la lucha por un sueño, y que, a pesar de la distancia, nos une el amor y la pasión por lo más valioso y más grande se haya inventado jamás: la música. Somos un par de seres que tomaron caminos distintos, pero tenemos el mismo destino. Nos formamos y desenvolvemos de diferente manera en nuestras vidas para llegar a la misma meta. Eso no tiene comparación con nada, ni nadie. Lo lograremos, llegaremos de la mano o dándonos la espalda, pero llegaremos, de eso puedes estar seguro. Poseemos el ingrediente clave para el éxito, y se llama pasión. Sólo no te detengas nunca y mucho menos dejes que te detengan. Quita de tu cabeza la más mínima posibilidad de rendición, porque desertar significaría la más grande de tus desgracias. 
Gracias por todas las enseñanzas, la confianza, las lágrimas (las cuales tu no viste), las risas, los abrazos. Esos abrazos jamás los olvidaré. Te escuche pronunciar por primera vez un par de palabras tan hermosas, mientras tus brazos rodeaban mi pequeña y regordeta figura. Fue un momento realmente excepcional.
Gracias por cruzarte en mi camino, ¿lo recuerdas? Ya le había dicho antes. Yo tomé fuertemente tu brazo y tu apoyaste tu cabeza en la mía. Momentos pequeños que significan mucho para mi hoy, mi presente. Aunque ha sido poco el tiempo que he compartido contigo, la tuya fue una actuación muy especial en esta gran obra de teatro que es la vida. 
Sólo me queda desearte, desde lo más profundo de mi ser que tengas un excelente viaje, simple y sencillamente porque mereces lo mejor. Ojalá la vida te siga tratando de maravilla. Observa, aprende, crece, ama, vive y se feliz. ;)

Mucho amor para ti.






P.D. No te emociones. Tal vez no sea un adiós. Recuerda que se queda un "Te quiero" en el aire...